Es un patrón de emociones y conductas patológicas caracterizada por una excesiva preocupación resolver los problemas de otra persona con la que se tiene un vinculo afectivo, a tal grado que llega a olvidarse de si mismo y de las propias necesidades.
A menudo se encuentra en la mayoría de los miembros de una familia de una persona adicta, y se presenta como una necesidad de agradar, cuidar, proteger y controlar al sujeto enfermo para así no enfrentar el conflicto propio.
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